Ya son varias las asociaciones y colectivos a los que el gobierno PP ha cerrado la puerta de lo que hasta ahora, era lo mas parecido a la Casa de la Cultura con lo que contaba la ciudad.
La voz de alerta la ha dado el grupo de concejales de IU-Astorga, quienes consideran que la decisión de prohibir la utilización del salón de actos de la biblioteca pública municipal por las asociaciones y los colectivos políticos y sociales de la ciudad durante los fines de semana, constituye una decisión muy grave. A su juicio, esta decisión supone un antes y un después para la cultura popular de la ciudad, cuyo único propósito es el de ahogar toda aquella manifestación cultural, social y política que no pase por el control del gobierno.
Esta nueva medida aplicada por el PP trata de dar otro paso más en su intento de impedir la expresión en cualquiera de sus formas, no sólo de los grupos de oposición, sino de toda aquella persona o colectivo que desee hacerlo en “su ciudad”.
Con esta nueva decisión y sin pudor, otro servicio público deja de prestarse a la ciudadanía.
Entre los primeros en sufrir los efectos de la «nueva política cultural» se encontró el grupo de teatro RebelArte, quienes no obstante, demostraron la capacidad de la gente de Astorga para sobreponerse a este gobierno con su rotundo éxito en el Teatro Diocesano, actuación que se pudo llevar a cabo gracias a méritos exclusivamente propios.
Hasta ahora, y a falta de una verdadera Casa de Cultura, el salón de actos de la Biblioteca Pública Municipal era lo más parecido a un espacio autogestionado con el que contaba la ciudad. Un espacio que ha sido el escenario de infinidad de actividades culturales, sociales y políticas, las cuales han contribuido al progreso de Astorga.
En IU-Astorga dicen tener claro que «la cultura no es suficiente para relanzar Astorga, pero también que terminando con ella no vamos a ninguna parte. Y es eso lo que está haciendo precisamente el PP. O al menos, con la cultura popular, la que parte del propio pueblo sin pasar por el control de las instituciones. Las expresiones, sean éstas culturales, sociales o políticas, hay que protegerlas y favorecerlas. Si para los ciudadanos y las ciudadanas de a pie ya es difícil disponer de tiempo para ello, ahora añadimos una dificultad más, un espacio público para hacerlo durante el fin de semana. Una realidad inconcebible para una ciudad como Astorga«.
Si bien existe un aceptable consenso en que no tienen por que ser los actuales técnicos de cultura los encargados de abrir la biblioteca durante los fines de semana, es cierto que existen alternativas. En este sentido, IU-Astorga ha propuesto por escrito al Alcalde que contraten a una persona -o dos si resulta preciso- que se encargue de dinamizar la gestión cultural en la biblioteca municipal, así como de garantizar que este espacio -hasta ahora de la ciudadanía- siga estando abierto a la ciudad.
En definitiva, la política es cuestión de prioridades y la cultura no parece una prioridad para el nuevo gobierno de Astorga. Y la cultura popular y libre, menos aun.