fernando de la iglesia 3.jpgEste 1º de mayo, día internacional de la clase trabajadora, os presentamos la entrevista que el equipo de LaVoz ha mantenido con Fernando de la Iglesia, veterano militante comunista, figura trascendental de asamblea local de IU-Astorga durante los últimos años.

Fernando de la Iglesia es natural de San Román de la Vega, donde reside en la actualidad. A los 18 años se autoexilia a México donde inicia sus estudios de economía, justo en el momento en que triunfa la Revolución cubana. Entusiasmado por ella se va a vivir a Cuba. Poco tiempo más tarde le ofrecen una beca para continuar sus estudios en la RDA, donde se diplomará en la Escuela Superior de Economía y pasa a la Universidad de Humboldt para hacer el Magister Scentiarum en Matemática Estadística. Comienza su tesis doctoral pero la deja inacabada cuando se le ofrece la posibilidad de iniciarse en la política internacional, lo que le lleva a fijar su residencia en Finlandia, para trabajar en el Consejo Mundial de la paz. Tres años más tarde regresa a Alemania para trabajar en la Universidad Albert Ludwig, de Friburgo, ciudad en la que residirá hasta regresar a España definitivamente. En la universidad alternará su trabajo con traducciones de textos relacionados con su especialidad.

Ha publicado varios libros como `Gorgo o los rizos de la medusa´ editado por la Sociedad de Nuevos Autores y `economía, conocimientos básicos para sobrevivir las agruras de la globalización y el capitalismo salvaje´, en Ediciones Irreverentes, además de otras publicaciones en México y haber participado en la publicación en Alemania de 8 diccionarios alemán-español y español-alemán en los temas de Economía, Política, Sociología y Matemáticas.

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De izda. a dcha.: Toño García Celeda, José Antonio Cordero y Fernando de la Iglesia. marzo de 2015.

 

LaVoz: ¿Cómo recuerdas tu primer 1º de mayo?

Fernando de la Iglesia: Dijo Proudhon en ¿Qué es la propiedad? Que el egoísmo es la manzana podrida en el cesto de la armonía social y de ahí viene la lucha de clase. La lucha de clases siempre ha existido, unas veces conscientemente y otras en forma de rebeldía. En 1889, a raíz de la hazaña de los mártires de Chicago  se convocó en París la primera Conferencia Internacional Sindical. Se celebró con mucho éxito y en ella se acordó que a partir de 1890 había que desplegar por todo el mundo campañas de apoyo a la jornada laboral de 8 horas. Y fue en 1890 el 1º de mayo como se había acordado, cuando tuvo lugar la primera huelga general. A partir de entonces se celebra ese día el día internacional de la clase trabajadora. Precisamente se celebra como recordatorio de los trabajadores asesinados, aunque en los países socialistas se celebraba como  día de solidaridad internacional entre los trabajadores del mundo y tenía otras dimensiones. Era el pueblo el que tenía el poder y el pueblo era el que se festejaba a sí mismo. Ahora, ¿Cómo celebraba yo mis primeros 1º de mayo? Mientras vivía en España no tenía prácticamente uso de razón política, pero ya una vez en México en contacto con los refugiados y con medios de información, aprendí que el 1º de mayo había que salir siempre con un clavel rojo en la solapa. Como forma de protesta. En otras palabras, el 1º de mayo es un día contra el egoísmo, pues como decía Proudhon, sin egoísmo no habría lucha de clases, ni explotación por lo tanto ni explotadores ni explotados y consecuentemente no se necesitaría la lucha sindical. Hoy en día la jornada es de 8 horas aunque no se respeta. No obstante, los derechos que tenemos se deben a la lucha que celebraron nuestros antepasados. Ello nos obliga a seguir luchando para que no nos arrebaten esa conquista laboral. Porque nuestro sucesores tiene que poder disfrutar de una vida laboral decente.

LV: Habiendo vivido en tantos países y tan diversos, ¿qué significó a tu juicio para occidente la caída del bloque socialista?

F.I.: La caída del muro de Berlín, obviando las causas, representó un revés tremendo para la clase trabajadora del mundo, porque las conquistas se vinieron por tierra. Y el sistema capitalista pudo desplegar su ideología y sus métodos de explotación a sus anchas, sin oposición ninguna. Para mí personalmente fue una catástrofe. Yo que había estudiado economía del socialismo, yo había soñado con venir a España algún día y poder contribuir a planificar la economía de España, y de repente se derriba el Socialismo. Claro, yo nunca perdí la confianza y seguí siendo quien era. Era hijo de labradores, de obreros y tenía conciencia de clase, por lo tanto sabía de qué lado tenía que estar en cada situación de la vida y lo seguiría estando aunque ya no existiera el aliciente del campo socialista.

LV: Y en la actualidad ¿Cómo ves el nivel de conciencia de clase de la gente trabajadora?

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Fernando de la Iglesia.  25 de mayo de 2015.

 

F.I.: Creo que la época de la llamada burbuja, corrompió al obrero. Le hizo perder la noción de obrero y creer que por ganar algo más y poder pagar una hipoteca dejaba de ser obrero.  Así se ha ido perdiendo la conciencia de clase. Y cuando no hay conciencia de clase, tampoco puede haber conciencia política. Lo tristemente reseñable en cuanto a España es la juventud. Es lamentable que con los actuales niveles de desempleo juvenil, pues la juventud es el sector más castigado por el desempleo, se movilice para ir al botellón o a un partido de futbol, pero sin embargo no se organicen para pelear por sus derechos. Y ello es el resultado de no tener conciencia de clase.

LV: No obstante, en los últimos años sí que se ha producido un nivel de repolitización significativo entre los sectores juveniles. Pero, ¿Cómo puede hacer el movimiento sindicar para conectar con los jóvenes precarios que trabajan con contratos de días, con despido libre y que sienten que los sindicatos mayoritarios no les han defendido?

F.I.: Los sindicatos, como toda organización social comete pecados y es cierto no han hecho lo suficiente por defender los intereses de sus afiliados. Sin embargo, el papel que están llamados a desempeñar los sindicatos es la defensa de la clase trabajadora y hay que exigir a los sindicatos que cumplan con su cometido: apoyar cualquier demanda laboral hasta la última consecuencia. Nada de medias tintas ni de medir pros y contras.

LV: Entonces, ¿Qué opinas de la política de “pacto social” y el abandono del conflicto vivido por los sindicatos desde la transición y los pactos de la Moncloa, más en particular?

Pacto social mueve a risa. No puede haber pacto social entre dos clases antagónicas que defienden sus intereses a muerte. Uno defiende sus intereses de capital y otra parte los intereses de la clase trabajadora. No puede haber armonía social, en todo caso menos explotación y con eso un poco más de convivencia entre las clases. Pero armonía social no, puesto que la división de la sociedad clases es inherente al capitalismo en el que estamos viviendo. Son conceptos irreconciliables, antagónicos.

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Imágen del 1º de Mayo en Astorga, 2015.

 

LV: El capital es consciente de que hay lucha de clases y nos va ganando por goleada. Y utiliza el aparato ideológico para educar a las clases  trabajadoras en sus valores, hasta el punto de que el trabajador acomodado se identifica con la clase media ¿No crees que es erróneo hablar de clase media donde en realidad hay clase trabajadora con un cierto nivel de renta y de derechos?

F.I.: Efectivamente, acomodado sería la definición acertada, porque clase media no tiene sentido. El asalariado tiene intereses inherentemente opuestos a los del patrón. Y el patrón luchará por pagarte lo menos posible y por sacar del trabajador el mayor rendimiento posible. Y el trabajador deberá tratar de aliviar la carga de trabajo, reducir la plusvalía y obtener la retribución más justa. En definitiva, reducir la explotación.

LV: Al hilo de esto, ¿qué opinión te merecen los nuevos partidos que han surgido en España que se definen como nueva política? No nos referimos a C´s, sino a otros que tratan de rehuir de la bandera roja y abogan por abandonar la terminología y los conceptos clásicos de la izquierda transformadora, como Podemos.

F.I.: Como dicen en México, la misma gata no más que revolcada. Ideológicamente son los mismos que los de antes, un apéndice de los ya existentes del bipartidismo. Tal vez intenten ganar votos por el descontento existente entre el bipartidismo. Pero ideológicamente  no tienen ningún sentido. Podemos es un partido nuevo, pero me da la impresión de que hay mucho carrerismo entre los dirigentes. Han captado el inconformismo de la población para establecer una especie de quítate tú para ponerme yo. Creo que Podemos le tiene más miedo a la izquierda que a la derecha, porque con la derecha ellos pueden vivir y con la izquierda no.

LV: Has sido y eres parte importante de la asamblea de IU-Astorga, además de militante Histórico del PCE. A tu juicio, ¿Cómo crees que puede contribuir la asamblea de IU-Astorga a elevar la conciencia de clase de los trabajadores de Astorga y a mejorar la calidad de vida de estos?

F.I.: Creo que la labor que estos años está desempeñando la asamblea de IU-Astorga y sobre todo sus tres concejales en el Ayuntamiento es encomiable. Creo que con eso ya se está haciendo mucho. Sin embargo, me parece que deberíamos pronunciarnos más manifiestamente ante cualquier injusticia social. En cada despido o en cada desahucio debería estar IU-Astorga en primera plana. Tdo eso debería estar en el primer punto del orden del día de nuestras actividades. Es cierto que los sindicatos son los llamados a defender los intereses de los trabajadores, pero IU-Astorga es hoy por hoy el único partido de izquierdas que hay. Por lo tanto, tiene que estar al lado de la clase trabajadora.

LV: Volviendo al 1º de Mayo, ¿Participaste en manifestaciones importantes cuando vivías en la RDA?

F.I.: Si, claro, en los países Socialistas el 1º de Mayo participas o participas, porque en ese día todo es fiesta. El desfile de la clase trabajadora donde más lo viví fue en Berlín. Los desfiles  se combinaban por fábricas y por sectores, pero toda la ciudad y todas las calles eran una fiesta. Había eventos festivos como bailes y conciertos, verbenas, eventos deportivos, etc. El 1º de mayo es una fiesta del pueblo entero. Pero en algunas ocasiones, los países socialistas aprovechaban el 1º de mayo para exhibir su potencia bélica. Si el pueblo está en el poder, tiene que estar preparado en la paz para la guerra.

LV: En la provincia de León, tradicionalmente los sindicatos convocan en la capital de forma centralizada. ¿Crees que ese modelo es adecuado, o que sería conveniente descentralizar la convocatoria para que en municipios como Astorga también se celebrara?

F.I.: Efectivamente, sería mucho más efectivo que cada municipio celebrar el 1º de mayo. No obstante es complicado implantar el 1º de mayo en cada municipio. Pero sería muy interesante y conveniente. Incluso con la participación de las autoridades, presididas por el alcalde. Pero la mayoría de los alcaldes son conservadores. ¿Cómo va a convencer a un alcalde conservador de que vaya a defender a la clase trabajadora?

LV: Si tuvieras que lanzar un mensaje a las trabajadoras y a los trabajadores de Astorga y la comarca para el 1º de mayo, ¿qué les dirías?

F.I.: Bueno…yo no me creo capaz de lanzar un mensaje a los trabajadores. Pero sí que me gustaría hacer una recomendación: que todo perjudicado socialmente trate de asociarse y se acerque a los sindicatos para que se vean fortalecidos.

LV: ¿Crees que aún tiene algún futuro la socialdemocracia como proyecto político de clase?

F.I.: No, no…la socialdemocracia no. Podemos verlo aquí con los sociolistos, los socialistas, los socialdemócratas. Defienden tanto unos como los otros los mismos intereses. Puede que con diferentes métodos. Pero los intereses de la clase trabajadora no los va a defender la socialdemocracia. Jugó un papel importante y aun lo juega en algunos países, pero no tienen perspectivas de aportar una solución al drama social.

LV: ¿y el movimiento comunista? Con su debilidad manifiesta…

F.I.: Tratándose de números, un militante es un número, pero es que el comunista lo es o no lo es. Y allí donde haya marxistas-leninistas va a haber un partido. Y donde haya un partido habrá una agrupación de comunistas. Ahora el PCE no atraviesa el mejor momento, peor está ahí y sigue desempeñando la labor que ha venido desempeñando durante ya casi 100 años. Y eso no se borra de un escobazo.

LV: ¿Cuál crees que es el grado de dificultad de la lucha para lograr una transformación social?

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Fernando de la Iglesia participando en la elección de Carmen Villaverde como candidata a la alcaldía de Astorga por IU-Astorga – compromisoXastorga. abril de 2015.

 

F.I.: Desde luego, viendo lo que se ve por la calle, es difícil. Convencer a la mayoría de la sociedad de una evolución social transformadora es difícil, porque todavía nos sigue pesando la losa que nos pegaron a la espalda, la etiqueta roja de comeniños.

LV: Y con esta tesitura, en la que los neoliberales y conservadores han llevado a cabo su contrarrevolución, ¿el 1º de mayo podría ser un punto de inflexión para plantearnos que tenemos que pasar a la ofensiva?

F.I.: Estamos ante nuevos métodos del colonialismo imperialista. Y así se va completando el tablero de ajedrez geoestratégicamente.

LV: Izquierda Unida está en pleno proceso congresual (XI Asamblea Federal). ¿Ante el panorama general que has descrito, que señalarías como reflexión a este congreso?

F.I.: Dar una respuesta sería más bien algo propio de visionarios. Los congresos de los partidos son siempre beneficiosos, porque ayudan a ajustar la estrategia ideológica con las necesidades del momento. Me parece que la Asamblea Federal que tenemos a la vuelta de la esquina va a ser uno de esos congresos. Y espero que sepa unificar las corrientes ideológicas y ajustar el programa del partido a las necesidades sociales.

LV: ¿Y no temes que el debate se agote y se centre en el debate a corto plazo sobre la confluencia en las próximas elecciones?

F.I.: Sería un pecado capital caer en eso. Me gustaría que no llegaran a formarse corrientes en torno a esa cuestión, puesto que es secundaria. Lo importante es que la Asamblea Federal trate de aglutinar lo mejor posible todas las opiniones y adaptarlas a las necesidades del momento para tener el nuevo programa.

 

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