Con motivo del Dia Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre), un día para la denuncia de todas las formas de violencia que sufren las mujeres, desde La Voz de Astorga hemos querido hacer esta entrevista a la Plataforma Ciudadana de Astorga por la Igualdad y contra la Violencia.

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La plataforma ciudadana de Astorga por la Igualdad y contra la violencia ya tiene  una trayectoria de trabajo que supera la década. ¿Cuáles son los principales logros conseguidos?

Más que hablar de logros, preferimos exponer lo que hemos hecho y especialmente lo  que estamos haciendo:

– Foros de debate y de formación, organizados por la Plataforma en colaboración con  instituciones, otras asociaciones y colectivos.

– Actividades dirigidas a conseguir la igualdad, dando a conocer mujeres y sus obras, ya  que suelen ser olvidadas o no reconocidas. La falta de modelos prestigiosos de mujeres hace que la igualdad se trabaje según modelos masculinos y según valores adjudicados a  los hombres, entre ellos el dominio y la sobrevaloración de sus méritos a la par que la minusvaloración de las mujeres. Ejemplo: el curso “Tienes que conocerlas”, impartido  por Mari Fe Santiago Bolaños y Mercedes Gómez Blesa, a petición de la Plataforma y  hasta hace dos años, con la coorganización del Ayuntamiento.

– El Proyecto “Astorga ciudad de convivencia”: involucrando a centros educativos de la ciudad y locales colaboradores, en el trabajo sobre la convivencia a través de los carteles “Palabras mágicas”, que expresan formas agradables y no  violentas de relación entre las personas.

– El Panel de Igualdad situado en la biblioteca, donde tratamos de visibilizar la labor que  muchas personas y organizaciones llevan a cabo para acabar con la desigualdad. Y también para desenmascarar actitudes machistas que propician la violencia contra las mujeres. El Panel fue iniciado por el anterior gobierno municipal a propuesta de la Plataforma, principal mantenedora durante años y, desde hace dos años, encargada de su gestión y realización.

– Concentraciones contra la violencia machista. Cuando una mujer es asesinada por su pareja, o expareja, se convoca todos los martes a las  puertas del ayuntamiento una concentración de condena.

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 ¿Cuál es el objetivo de  estos actos?

Tienen el doble objetivo de parar la violencia machista y recordar a las mujeres asesinadas. Somos conscientes de que ese acto no va a conseguir por sí sólo detener la violencia machista,  pero es importante que no pasen desapercibidos estos asesinatos de mujeres, un verdadero feminicidio, para recordar a cada mujer asesinada y todo ello sin dejar de trabajar para eliminar las causas de esta sangría social; la desigualdad entre hombres y mujeres, las prerrogativas masculinas que en toda sociedad patriarcal hacen creer a los hombres que tienen derecho a disponer del cuerpo y la vida de las mujeres siendo jueces, parte y verdugos en todo conflicto.

León fue ciudad pionera, donde se celebra los “lunes sin sol”. Por desgracia, a las concentraciones asiste poca gente, teniendo en cuenta la envergadura de este terrorismo, el que más víctimas produce en nuestro país. Se produce la contradicción, no en Astorga, donde no hay actualmente representación del equipo de gobierno en las concentraciones, de que parte de las personas que asisten para salir en la foto, se dedican el resto de los días de la semana a practicar el machismo y/o a continuar con políticas públicas institucionales y actitudes privadas que favorecen la violencia y en absoluto se dirigen a atajarla. Es un deber ciudadano visibilizar la violencia machista en sus diferentes formas y su consecuencia más extrema, como es el asesinato.

La violencia física o las mujeres asesinadas son los casos más extremos de violencia machista, pero existe una violencia psíquica e invisible a primera vista. ¿Cómo podemos combatir cada una de ellas y en especial esta última?

Igualdad en todos los aspectos, empezando por la educación. La educación no comienza en la edad escolar, sino desde que se aclara que la criatura es niña o niño, ¿con qué fin? con el de iniciar un proceso de identificación y coacción de cada persona para que adopte uno de los dos papeles determinados y necesarios para el patriarcado; el masculino, activo, jactancioso y con permisividad alta para la violencia y el femenino destinado a transformarse por todos los medios en deseable sexualmente y por lo tanto complementar el modelo masculino.

Revertir la expulsión de las  mujeres de los espacios de decisión y también y de forma más cercana, reaccionando a  situaciones cotidianas en las que existe violencia y discriminación a través del insulto,  de chistes o comentarios machistas, de implantación de estereotipos, un conjunto de  actitudes que se han normalizado tanto en nuestra sociedad, que no las consideramos acciones y violencias machistas y eso es un terrible obstáculo en la consecución de la igualdad.

Son necesarias políticas públicas que se dirijan a la igualdad en recursos económicos de  mujeres y hombres e igualdad en el cumplimiento de las responsabilidades de cuidados y mantenimiento en el hogar.

 La violencia psicológica y la serie de machismos cotidianos normalizados se deben, como la violencia física, a que en toda sociedad  patriarcal las diferencias y los conflictos no se miden y no se resuelven desde la  igualdad, sino desde unas diferencias exageradas entre sexos en el hablar, el cómo  hablar, el decir, el decidir, la autoestima, la percepción de sí misma para sí o para  otro.

Los hombres son “autoridad” en la historia y la sociedad (de ahí la importancia de desenterrar los modelos de mujeres) y ejercen la autoridad en sus relaciones. Si se les discute esa autoridad caída del cielo, se suelen sentir agredidos, muchos de ellos necesitan para sentirse bien en su papel de machos la sumisión completa y a ser posible satisfecha de las mujeres. La violencia psicológica implica un deseo de dominación y al mismo tiempo de desprecio. Dos componentes fundamentales en la formación de los hombres, para los que desde que nacen un problema serio es “no  parecer ni comportarse como una niña”.

Se  responsabiliza a veces a las mujeres por no denunciar, pero la violencia psicológica se tiene que detectar en los centros de salud, donde llegan las mujeres, muchas veces de desde los Servicios  Sociales, incluso en los colegios, donde se puede detectar en el comportamiento de niñas y niños.

Es necesario que tengan las mujeres afectadas un acompañamiento, asistencia y tratamiento psicológico, acceso garantizado a servicios públicos especializados, aunque no exista denuncia o juicio. Éste  es el único delito, en que se sigue cuestionando a la víctima.

¿Por qué le cuesta tanto a las instituciones equiparar a las víctimas de esta  violencia con las víctimas de otros tipos de violencia, si los casos son más  numerosos?

Porque  quieren que esta violencia se perciba lo menos posible ya que refleja la violencia institucional, social e individual que ejerce sobre las mujeres toda sociedad organizada  de forma patriarcal. Es por lo tanto estructural y ha sido considerada como si formarse parte de un orden natural. Trivializan su gravedad para no hacerse responsables del funcionamiento del sistema que la genera. La mayoría de las instituciones consideran la violencia machista como un hecho no político, como un fenómeno individual vinculado a las condiciones personales de los agresores y de la que muchas veces responsabilizan a las mujeres. También,  porque no consideran conveniente que  eso cambie, ya que cambiaría el orden establecido y estaríamos en otro tipo de sociedad  donde podrían perder el poder.

Las instituciones tendrían que posicionarse, dirigirse directamente a la población masculina. En la violencia de género, de diez agresores, diez son hombres.

El asociacionismo es una dura tarea que sin el apoyo de las administraciones públicas se puede convertir en costoso y en ocasiones estéril. ¿Qué apoyos recibís de los ayuntamientos donde llega el trabajo de la plataforma y qué esperáis de ellos?

Las anteriores corporaciones nos han escuchado, hemos podido participar en ciertas  decisiones y organizar actividades conjuntas. Con el actual equipo de gobierno, estamos  esperando que alguien nos escuche desde el día siguiente de su nombramiento, cuando  presentamos un escrito en el registro pidiéndoles una reunión para seguir colaborando.

Mantenemos contacto por e-mail con la concejala de Servicios Sociales; a la que le enviamos las convocatorias de concentración, solicitándole el equipo de megafonía y le pedimos que nos facilite la impresión de carteles de “Palabras Mágicas”.

En todo caso la Plataforma es un colectivo que no maneja fondos, solamente pide colaboración, no dinero, y que sigue trabajando por la realización de sus fines, con o sin apoyo institucional. Somos un ejemplo de que se puede seguir adelante y tener el apoyo  de ciudadanas y ciudadanos. Aparte del apoyo presencial en las concentraciones, en las redes sociales tenemos un constante seguimiento. Nuestra página en Facebook es: https://www.facebook.com/Plataforma-Ciudadana-de-Astorga-por-la-Igualdad-y-contra-la-Violencia-177854085606102/

Hacer pedagogía de la Igualdad es la clave. ¿Pensáis que el sistema educativo actual ha articulado un currículo que ayuda a trabajarla?

No. No hay un currículo articulado, organizado y sistematizado, a veces se hace de  pasada con ocasión del día de… pero sí hay un poderoso currículo oculto de género en la escuela. No olvidemos además, que la escuela sigue el paso de la sociedad en la que vivimos y si para ésta la desigualdad no es una de las preocupaciones principales, para la escuela tampoco, quedando relegado un posible trabajo de la igualdad en la escuela al interés y empeño que cada maestra y maestro ponga en su trabajo diario. Si tenemos en cuenta que estas personas forman parte de una sociedad en la que una gran mayoría no consideran que todavía existan desigualdades o se muestran apáticos ante ellas, entonces, por desgracia no van a ver la necesidad de trabajar sobre ello en el aula.

Tampoco ayuda que desde las instituciones no prioricen la igualdad como principal objetivo a conseguir por el sistema educativo… El sistema educativo debe incorporar la gestión de las emociones, cuestionar los roles de hombres y mujeres, el trato en las relaciones afectivas, sexuales y fomentar la convivencia en igualdad.

De todos modos la educación escolar es una pequeña parte de la educación. Infancia y juventud  reciben educación familiar, social y mediática eminentemente machista ya que la desigualdad es flagrante y sigue ocultándose la labor civilizatoria en todos los campos de las mujeres y especialmente del feminismo.

Por último, los medios de comunicación alimentan el patriarcado desde el cine, las series, la radio fórmula y el tratamiento mercantilista que se hace de las noticias. ¿Cómo podemos luchar contra esta lluvia de patriarcalismos que moja a toda la sociedad, incluidos los niños y niñas que se están educando?

Niñas y niños, jóvenes adolescentes de ambos sexos, mujeres y hombres, reciben mandatos socializadores, de los medios y de toda la sociedad, que están en la raíz de la violencia patriarcal. Estos mandatos socializadores están impregnados de una ideología de la superioridad masculina que desemboca en formas de control y violencia sobre las mujeres. De la misma forma, todas las estructuras materiales y todos los entramados institucionales esconden en su interior una poderosa jerarquía patriarcal que sitúa a los hombres en una posición de poder.

Qué podemos hacer:

Educar en igualdad, coeducar, teniendo en cuenta que educa la sociedad entera. Coeducar es algo más que educar en la misma clase a niñas y niños, significa educar en igualdad, pero en todos los valores que consideramos positivos para la humanidad y las relaciones, tanto los despreciados por femeninos, como los supervalorados por masculinos. Habría que ofrecer a cada criatura libertad de desarrollo del conjunto de  valores, de aptitudes y actitudes, sin predeterminación marcada por el género-sexo. Mostrando modelos de hombres y mujeres, que han contribuido al avance de la humanidad y han trabajado por un mundo en igualdad y por un desarrollo sostenible y que no atente a la justicia distributiva de bienes y recursos entre personas y países.

Hay que contar la historia de (y con) las mujeres; hay que hacer otro relato de la humanidad, ya que la historia no ha discurrido gracias únicamente a los hechos de los hombres, ni  ha sido posible sin el trabajo, la inteligencia y la creatividad de las mujeres. Es curioso  que instituciones y grupos sociales se dediquen más a recrear las batallas, batallitas y guerras en plan folclórico, sin analizar sus causas para poder prevenirlas, sin mostrar el horror, el cúmulo de pérdidas y sufrimientos que llevan consigo y sin embargo dediquen sólo espacios marginales a mostrar y valorar el inmenso trabajo productivo, creativo y de desarrollo social hecho por mujeres y hombres, y el reproductivo y de mantenimiento de la vida hecho casi exclusivamente por mujeres.

Los hombres tienen que entender, que los maltratadores  ejecutan su violencia en nombre de la masculinidad.

Es increíble que no hayan tratado hasta ahora este tema como Asunto de Estado. Y es igualmente increíble que los hombres no hayan hecho o engrosado asociaciones para analizar los problemas que les llevan a la violencia y que les llevan más a destrozar o dilapidar la vida en un intento de dominarla, que a cuidarla y disfrutar de ella.

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